De nada valió la veteranía en el partido.
De poco sirvió decir que era el «ente de unidad» y «que era el del presidente».
El presidente no pudo evitar que la OTAN del PRM impusieran primarias para planear coloca a su ficha, pasándole por encima a Bertico, varias veces aspirante y a Adan, igual, varias veces aspirando.
El ensañamiento contra Manuel va encaminado, precisamente, el miedo que le tienen dejarlo con vida, que lo han conseguido por la pésima calidad de la ficha seleccionada, pero el destino de Bertico y de Adan quedan en el aire, muy desmejorados, vapuleados, golpeados.
La escena del equipo de Bertico dando apoyo a Dio, en un error de no cantar: «sonrían para la foto», mostró caras largas, aburridas, tristes, en un momento que debió de ser de júbilo.
El equipo de Bertico ahora, lo que le queda, en lo que a cargos electivos se refiere, es que pasen sus regidores y diputados, en una lucha que será, literalmente, fratricida, muy complicada.
Adan por su parte, protagonizó el peor personaje del tenebroso filme, pues fue tirado a un lado, después de haber sido el creador del guion: «Manuel no es un auténtico perremeista» y otros tópicos parecidos, pensando que con ello el PRM actuaría bien a la hora del voto, pero olvidando que las «castas» que actúan de forma mafiosa y/o mañosa en los partidos podrían tener su propio plan y él, estaba incluido, pero para ser tirado y abandonado, pero que a Manuel.
Adan queda como presidente del PRM, pero triste porque, precisamente, esa dicotomía de su puesto municipal y aspirante sirvió de poco o nada, dejando por ver si podrá recuperarse de este desagradable evento.
Presidente del partido, posiblemente, no le quedará más remedio que, después de tomarse un purgante, proceder a levantar la mano al pastor y/o gerente con «manitas limpias incluida», para solo buscar puesto en las gradas si es que quiere ver la competencia por la Alcaldía que será cruda y donde su «candidato», ya está en segundo lugar.
